Como anécdota del día, decir que nunca había visto subir a Edu ninguna otra cuesta tan velozmente como la que daba llegada al asador del punto de partida y que marcaba nuestro final del día... Lástima que casualmente, el restaurante estaba cerrado por vacaciones y tuvimos que conformarnos con unos bocadillos de bacon, queso y jamón, un caldo, patatas, palmeras,cafes, vino,coca cola... Vamos, que una decepción total el almuerzo!!!!
Pobre Edu! qué ilusión tenía el pequeño. jiji
ResponderEliminarPero donde esté el campingás... que se quiten todos los asadores y hasta los restaurantes de cocina de autor...
Que viva el comer a lo pobre!
El sitio muy alegre y bonito. Qué bien se lo tuvo que pasar el hombre con las acuarelas...