Esto ya han sido palabras mayores. La ruta ha comenzado desde Lagrán. Una imponente cordillera denominada de Toloño nos da los buenos días. En el punto más alto y desde dicho pueblo se dislumbra una pequeña cruz que hace que nos miremos entre los dos únicos montañeros que se han animado a tal hazaña. La verticalidad de esa cruz hará que más de uno se piense si subir o no subir... pero en esos momentos lo mejor es mirar al suelo y comenzar el camino... Con buen día hemos comenzado a subir y cuando estábamos a media hora de hacer cima, la niebla nos ha chafado una de las mejores vista de montaña alavesa. No obstante, la satisfacción de estar tocando lo que hacía hora y media nos resultaba casi inalcanzable, ha llenado nuestros corazones de orgullo y satisfacción como diría aquél...
Un ascenso bastante duro por las dificultades añadidas del día, en lo referido al barro, y muy peligroso al final cuando prácticamente tienes que subir los últimos 20 metros trepando, más cuando hoy la niebla había humedecido las rocas.
En la cima se produce uno de esos momentos en los que miras a tu compañero y sin decir nada te das un abrazo...
Volveremos algún día para poder disfrutar las vistas que hoy el dios Meteo nos ha quitado!!!!
