La ruta ha sido durilla al principio la verdad. El motivo es que todo el esfuerzo de la etapa se hace en los primeros 45 minutos. Más tarde, las rampas se suavizan y te dejan contemplar las maravillas de la naturaleza. Durante el primer tramo se asciende en zig zag a través de un hayedal entre luces y sombras, algo mágico. El segundo tramo, en mi opinión el más bonito, accedes a la famosa "senda negra"; un estrecho sendero que circula por el borde de un barranco, desde el que se pueden apreciar unas vistas espectaculares. El tercer y último tramo es más desahogado y prácticamente cresteamos hasta el último trecho que te lleva hasta la cima de este imponente pico. Un buen bocadillo con esas vistas no lo disfrutamos todos los días, así que hay que aprovecharlo.
Mi más sincera enhorabuena a mi compañera que, pese a las adversidades, siempre está dándolo todo como una campeona!!
Pdta: La próxima vez a ver si nos acordamos de los bocadillos antes de haber hecho el primer kilómetro, ja ja...
Costó lo suyo pero mereció la pena como nunca!
ResponderEliminarQueda pendiente la barbacoa en el merendero, eh?
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